Este viaje comenzó en 2018, una familia emprendedora tomó la decisión de adquirir una pequeña finca cafetera en una región montañosa. A pesar de ser inexpertos en el cultivo del café, se propusieron transformar la finca en un proyecto con impacto positivo, centrándose en prácticas amigables con el medio ambiente y la producción de café orgánico.

A medida que los cafetales florecían bajo su cuidado y su enfoque en la sostenibilidad, la familia se planteó ir más allá. Así nació la idea de crear una marca de café única: “Salto de Fe”. Su visión no era solo ofrecer productos de alta calidad derivados de su café orgánico especial, sino también construir una marca que reflejara valores arraigados en la valentía, el entusiasmo, la aventura y la pasión por vivir.

Con un enfoque firme en la calidad y el respeto por el medio ambiente, “Salto de Fe” comenzó a cautivar a los amantes del café. La familia se aseguró de que cada paso en la producción y envasado del café estuviera alineado con sus principios, creando una identidad distintiva que resonaba con los consumidores.

Con el tiempo, la marca ganó reconocimiento y atrajo a una comunidad fiel de seguidores que se identificaban con los valores transmitidos por “Salto de Fe”. La pasión y la dedicación que la familia había invertido en el proyecto se tradujeron en el crecimiento sostenido de la marca en el mercado.